¡Salvajes!, ¡primitivos!
Eso es lo que pensé cuando mi
suegra me dijo que me tenía preparado un san Jacobo para comer con una
ensaladita de lechuga.
¿También se lleva en este país lo
de comerse a sus congéneres? Y encima ¡un santo!
Para mas inri acompañando el
plato una ensalada de hoja verde que
ayuda a digerir mejor la magra de la carne humana.
Una vez en La Ciudad de Tim Burton probé
una costillita a la barbacoa humana y estaba super buena.
En fin, no son tan distintos los
de este otro lado de La Otra Dimensión,
así que puse cara de entusiasmo esperando mi plato.
Hay estaba mi San Jacobo.
Esperaba que el plato estuviera lleno de trocitos de carne de textura ¿? con
alguna salsita engañosa, pero en su lugar había algo cuadrado, caliente y
rebozado. Cuando lo partí en dos vi que estaba relleno de carne picada y
humeante queso.
Con la boca llena de carne de
santo intenté hacerle un cumplido a mi suegra:
-Pepita, este San Jacobo sabe a
gloria. Se nota de verdad que el pobrecillo era un santo devoto- y con las
mismas volví tan campante al zampamiento de mi comida.
A mi suegra le tuvo que llenar de
gozo que la halagara pues después de mi cumplido empezó a alejarse de mí
haciendo una cruz con los dedos y no paraba de rezar al cielo.
Me apunté la receta y aquí os
dejo todo lo necesario para hacer unos san jacobos que saben a gloria:
Ingredientes (para 3 raciones):
6 lonchas gruesas de jamón york
para sándwich
3 lonchas gruesas de queso
Havarti (o uno que funda bien)
3 huevos
Harina
Pan rallado
Sal
Pimienta
Aceite
Salsa de tomate dulce y picante:
3 tomates rojos maduros pequeños
3 cucharadas de miel
Unas gotas de tabasco o un
chorrito salsa brava
2 cucharadas de agua
½ cucharada maicena
Aceite de girasol
Una pizca sal, pimienta
Guindilla para decorar
Preparación:
1º Ponemos bastante aceite de
oliva a calentar en una sartén grande a fuego medio.
2º Formamos los san jacobos.
Es muy fácil, en un trozo de papel aluminio
ponemos un poquito de harina; encima depositamos una loncha de jamón york;
encima del jamón york una loncha de queso Havarti (adaptando la loncha de queso
a la forma del jamón york); y por ultimo otra loncha de jamón york para cerrar
el san Jacobo (como si fuera un sándwich). Atravesamos dos lados de los san
jacobos con palillos para que conserven la forma.
3º En un plato batimos los dos
huevos con un poco de sal y pimienta. En otro plato ponemos harina y en otro
ponemos pan rallado.
4º Nos cercioramos de que el
aceite se ha calentado bastante y procedemos a rebozar el san Jacobo. Primero
lo pasamos por harina, sacudiendo un poco el exceso; luego por huevo batido y
por ultimo por pan rallado. Tienen que quedar totalmente cubiertos por el pan
rallado para que formen un rebozado durito.
5º Ya podemos freír los san
jacobos en el aceite caliente. Tardaran unos 7 minutos por cada lado pero es
mejor quitarlos cuando tengan el dorado que nos guste.
6º Importante: dejamos que los
san jacobos suelten el exceso de aceite poniéndolos encima de papel de cocina.
Es el secreto para que estén crujientes.
Para la salsa de tomate dulce y
picante:
1º Pelamos los tomates que tienen
que estar maduros y que no sean muy grandes. Les quitamos también las semillas.
Picamos la pulpa.
2º Ponemos un poco de aceite de
girasol a calentar en una sartén y freímos el tomate con una pizca de sal y
pimienta a fuego suave. El tomate tiene que quedar frito.
3º Aparte disolvemos las 3
cucharadas de miel en un vasito con 2 cucharadas de agua.
Añadimos la miel, el agua y un
chorrito de salsa brava al tomate frito y dejamos en el fuego unos minutos.
4º Añadimos la ½ cucharadita de
maicena para que la salsa espese. Probamos punto de picante y dulce y dejamos
la salsa a nuestro gusto.
Como veis en la presentación, lo ideal es servir
los san jacobos con una ensalada de lechuga o escarola y la salsita
decorada con una guindilla aparte para mojar cada trocito de san Jacobo
que nos comamos.
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